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Las Crónicas de Narnia: el León, La Bruja y el Armario es la adaptación cinematográfica de la novela del mismo nombre escrita por C.S. Lewis, compañero y gran amigo de J.R.R. Tolkien, en los años 50 y que recordemos que en 1988 ya fue llevada en este caso a la televisión, con mas pena que gloria la verdad.
Ahora le ha tocado el turno al director de Shrek, Andrew Adamson, poner imágenes al texto original de Lewis y adaptarlo a la nueva época de efectos visuales que estamos viviendo y que sigue la estela marcada por Weta y su magnífico trabajo mostrado en la trilogía de El Señor de los Anillos. De hecho parte de las armaduras y espadas de Narnia viene de nuevo del esfuerzo de los chicos de Weta, aparte de otras compañías de efectos visuales que también han puesto su granito de arena.
Adamson de nuevo ha rodado Narnia en Nueva Zelanda, siguiendo los pasos de Peter Jackson y demostrando que este país es la tierra idónea para la fantasía ya que posee decorados naturales de grandísima belleza y muy variados por donde se mueven Aslan (que por cierto significa León en Turco) y compañía.
Pero entrando en materia tengo que reconocer que Narnia me ha supuesto una pequeña decepción, no porque fuera buscando una nueva trilogía de los anillos, tampoco porque la novela de Lewis tenga un argumento mas infantil o porque los animales hablen, sino porque los personajes son demasiado planos y no tienen desarrollo alguno cuando la historia lo pide a gritos. Vemos como al principio estos cuatro críos huyen de los bombardeos nazis en la 2ª guerra mundial y al final Narnia les cambia. Lo malo es que se han olvidado el contarnos todo este desarrollo, vital también en la batalla entre el bien y el mal donde para que se aprecie el tono épico los personajes tienen que llegar en el momento de mas evolución emocional. Es más la batalla llega demasiado pronto y no deja al espectador asimilarlos bien.
Hay otro aspecto que me pareció que no estaba muy bien perfilado y es el casting. Si, dos personajes brillan con luz propia, la Bruja Blanca interpretada por Tilda Swinton, que ha sabido perfectamente darle ese tono de frialdad, crueldad o maldad, y la genial Lucy Pevensie interpretada por la niña de 10 años Georgie Henley, muy espontánea y natural. Pero el resto, Edmund, Peter y Susan me han parecido un tanto atascados delante de la pantalla y muy faltos de carisma. Me extraña que después de un trabajo de búsqueda y localización, entrevistando a mas de 2000 niños no se supiera coger al mejor crío para el papel.
La película dura poco más de dos horas y todo ocurre demasiado deprisa, pero menos mal que estos defectos se tapan con el sensacional aspecto que luce Narnia y su espectacular diseño de producción, con las escenas en que sale Tilda Swinton, con la increíble batalla con cientos de criaturas distintas, con el genial y mágico final, y con lo que sin duda no me ha decepcionado nada, la estupenda banda sonora de Harry Gregson-Williams, de lo mejorcito del año y el magnífico tema cantado de Alanis Morissette con el que se pone música a los créditos.
Narnia es en resumidas cuentas una interesante muestra de la fantasía infantil, simple, sin profundidad en los personajes, un tanto sosa en algunos momentos, pero disfrutable en líneas generales, aunque se podría haber hecho mucho, mucho mejor. Tal vez si la Disney no se hubiera metido de por medio otro gallo nos hubiera cantado.

Nota: 6